Dura, tirada, agobiada, sintiendo sólo el frío e impenetrable suelo que llegó tan rápido como un parpadeo y tan sorprendente (como esa mirada que ansio y anhelo). En tan rápido movimiento no ententí, solo sentí y olvidé cada secuencia, cada pedazo de mí, todo desarmado, brazo, pierna, cara, panza, tobillo, puerta...suelo.
La tibieza empezó a recorrer el rostro y despertó, abrió sus ojos, deglutió moviendo la nuez enorme y seca, un árido en el pecho, desde la boca a su estomago...exhaló su carne, dejándose la boca penetrar por la tibia sangre fresca roja y tan viva que escapa de esta muerta, sale y se va, quedando seca, dura, tirada, agobiada y fria.
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